viernes, 29 de marzo de 2019

Y no pasará nada


De un tiempo a esta parte, especialmente en el mundillo StartUp en el que me toca moverme, no paro de oír mensajes súper positivistas acerca de la cultura del esfuerzo y la autosuperación. Y, la verdad, no puedo estar más en desacuerdo con la mayoría de ellos. No me gustan. Principalmente porque, una vez rascas un poco y vas más allá del cliché, descubres que no es que estén vacíos, ojalá, es que son dañinos. No son reales. Responden a un anhelo y no a una realidad y, cuando vendes una fantasía como un objetivo de vida solo generas, casualmente, todas las frustraciones y sentimientos encontrados que el propio mensaje inicial demoniza. Demonizan el ego. Demonizan el apego o el simple hecho de claudicar. De decir hasta aquí hemos llegado. De asumir el fracaso sin condiciones. De sacar la bandera blanca, doblar la servilleta o aceptar que tu gran sueño ya huele a tierra húmeda y gusanos. A veces es más importante saber rendirse que luchar. El fracaso es una opción tan válida como el éxito. Más amarga, pero válida. Peor, pero válida. Sí, es peor, déjate de mierdas, porque no pasa nada. A veces no todo sale bien. No dejes que estos mensajes te responsabilicen de todos tus fracasos, ni te hagan creer que si no triunfas en tu vida o con tu empresa es porque no eres suficientemente bueno o, peor aún, podrías serlo pero no has te has esforzado lo suficiente. No tenemos una misión que cumplir y nuestro éxito o fracaso no siempre depende de nosotros. No de todo se aprende y no hay que sacar la parte positiva de todo; porque no todo la tiene. 


Vas a morir. Tu familia va a morir. Vas a tener cáncer y tu pareja va a dejarte. No hay nada de positivo en esto; Y no pasa nada. Así es la vida. Tienes todo el derecho a luchar por tus sueños, pero no tienes el deber de luchar por ellos. No eres más héroe por haber superado un cáncer, o porque te hayan amputado una puta pierna y hayas ganado unas Olimpiadas después. No hay mérito en vivir. Métetelo en la cabeza. No vas a ser feliz. No todo el rato. No todo el tiempo; y no pasa nada. Va a haber días en los que tu sábana sea plomo y sea imposible levantarse de la cama y desearas pulsar el "off" en tu cerebro; y no pasa nada. Vas a llorar por tus muertos, vas a superarlo o no; y no pasa nada. Es la naturaleza. Es así. No todo se puede. No todos podemos. Yo creía que iba a jugar en la NBA hasta que cumplí los 16 años aproximadamente. Mido 1,68 y me amputaron una pierna con 4 años. Ahora lo único que creo es que solo era un poco menos gilipollas que el gilipollas que se atrevía a decirme "si quieres, puedes". No puedo. Es así. Me jode, pero no pasa nada. Hay gente más guapa, más alta, con más talento, más inteligente y más feliz que yo. No todo puede ni debe ser perfección y complacencia. La frustración existe y es buena. Hay que sentir dolor.


El pensamiento negativo es necesario. Sin el pensamiento negativo estaríamos extintos. El positivismo absurdo actual es peligroso. Es como volarte un ojo y ¡estar feliz porque te quedan otros dos te queda otro! Eres un puto tuerto. ¿Es una putada? Sí, pero no pasa nada porque así es la vida y toca vivirla. Así que llora, ríe, llora más y lucha solo si quieres, aunque no lo consigas. Porque puede que así seas feliz la mayor parte del tiempo y, aún así, tampoco pasará nada.